La gran incógnita,
mi dolor de existencia,
respuesta inconclusa,
directriz y vela.
Dueña de mis noches,
reclusa en mi cabeza,
de blancura perpetua,
sensual y certera.
Incomprensibles matices
de miel y colmena,
hermosos recuerdos,
helada condena.
Curvas perfectas,
la noche incierta,
pasiones a medias,
despiadada y tierna.
Canción inolvidable
de melodía incompleta,
mañanas desiertas,
musa y arena.
Radiante sirena,
vanidad y firmeza,
amada insaciable
de espuma y alteza.
Bella creadora
de mente incansable,
infinita tu risa:
barrera invadeable.
Tú, en mi imaginación,
perfecta.
Y yo, siempre,
esperándote.