Miras mis ojos,
me dirijo a tu alma.
Sonríes. Magia.
Me voy, más nunca me dejas.
Aun,
distancia furiosa,
siempre regresa.
Y en cuanto te alejas,
la soledad golpea.
Más no nos derrota
el tiempo que azota,
pues con nuevas miradas
me dirijo a tu alma.
Recomienza.
Conecta.
Risa infinita.
Nunca tan lejos,
siempre,
de alguna manera,
cerca.