Contra ti
las corrientes ceden:
dueña de mi mente,
norte en mi imaginación.
Combatiremos las tempestades,
abatiremos al desamor.
Capitana de mi barca,
brújula en mi embarcación:
dirígeme a tu orilla
y anclaré en tu corazón.
Perdámonos mar adentro,
solos tú y yo.