Llega un hombre a preguntarme:
—¿Sabe usted lo que duele la vida?
Tembloroso, le dije:
—Si usted la viera,
si tan solo la conociera,
lo entendería.
No sólo es bella,
es artista.
No sólo es buena,
es mi mejor amiga.
No sólo es carismática,
me ilumina.
No sólo es elegante,
fascina.
No sólo es inteligente,
me guía.
No sólo es grande,
es mi vida.
Pero quiere a otro hombre
y a mí ya me olvida.
Eso es lo que duele la vida.